
La noche del pasado sábado, la Sala Impala de Córdoba vibró con la energía de Pignoise, quienes celebraron su gira del 20 aniversario con un concierto que pasará a la historia de sus seguidores, con las entradas agotadas y un aforo completo de 1200 personas.
El show arrancó con fuerza con “Todo me da igual”, un clásico que levantó al público desde el primer acorde. Sin dar tregua, continuaron con tres canciones seguidas, dejando claro que el ritmo de la noche sería imparable. Tras esta entrada apoteósica, el vocalista Álvaro Benito se dirigió al público en una breve pausa de presentación, luciendo una camiseta del Córdoba CF firmada, un guiño emotivo a su carrera como futbolista y a la ciudad que los acogía esa noche.
Uno de los momentos álgidos llegó con “Como soy”, que puso a saltar a toda la sala al unísono. La conexión entre el grupo y los asistentes fue palpable durante todo el concierto, especialmente en canciones icónicas como “Sin ti”, donde el público se encargó de cantar la primera estrofa, creando un instante de pura magia. Más tarde, el estribillo de “Cama vacía” resonó en la sala con la fuerza de 1200 voces unidas.
El setlist fue un viaje en el tiempo, alternando entre clásicos y temas nuevos. Las canciones antiguas encendieron la nostalgia colectiva y demostraron su trascendencia, con una sala entregada coreando cada palabra. Por otro lado, los temas recientes tuvieron una acogida más discreta, con el público menos participativo, aunque la energía de la banda nunca decayó.
Tras “Sube a mi cohete”, el grupo aprovechó para hacer una breve pausa y promocionar sus redes sociales, antes de retomar con dos himnos imprescindibles: “Nada que perder” y “Estoy enfermo”. Durante esta última, Álvaro presentó al resto de los integrantes –Sergio Santabárbara a la guitarra, Pablo Alonso al bajo y Héctor Polo en la batería– mientras pedía al público que cantara “a voz en grito”. Sin apenas despedidas, el grupo cerró la noche con “Te entiendo”, dejando al público con ganas de más.
El concierto fue ligero y directo, con una duración de hora y media en la que lograron tocar 23 canciones, demostrando que dos décadas después, Pignoise sigue teniendo mucho que decir y una energía arrolladora sobre el escenario. Una noche inolvidable para los fans cordobeses y un capítulo más en la celebración de su legado.